domingo, 18 de noviembre de 2012

My Best Friend



CAP. 1O


Volví a mirarlo, pero disimuladamente. La verdad es que el atractivo era notable. Pero no quería pensar en eso. Una, por que todavia quedaba mucho tiempo de trabajo con el y no quería estar incomoda, y la otra, que no acostumbro a coquetear o tener algun desliz con alguien de mi equipo de trabajo. Por lo menos durante el tiempo en que se estaba trabajando.
- Listo – dijo Clarissa, al momento de terminar. Me mire al espejo que tenía enfrente un poco extrañada – Dijo que quería algo sobrio, el colorido va a estar en tu cuerpo – lo dijo como si hubiera leido mi mente.
- Termine – anunció Samuel – Tu cabello amanecio un poco rebelde esta mañana – reclamó.
- Lo se, pero gracias, quedo estupendo – dije acomodandome un poco el cabello.
En eso llega Bob con una bolsa negra en la mano.
- Cariño, tenemos que apurarnos – miro su reloj – La mañana se pasará volando y no quiero perder ni un segundo. Toma – me paso la bolsa negra – El vestidor esta dentro de esa carpa – apunto hacia el lugar – No tardes, Alexander va a estar esperandote en la carpa de al lado.
Me levante de la silla y mire a Clarissa, pidiendole mentalmente que me acompañara. No quería estar sola y menos mientras me desvestia.
- Yo voy contigo – dijo, entendiendo a la perfección mi petición. Yo le sonreí y asentí con la cabeza. Entonces comenzamos a caminar.
- ¿Qué hay en la bolsa? – me pregunto.
- No tengo la menor idea.
- Dejame ver – estiro su mano, para que le pasara la bolsa. Y eso hice. Inspecciono el interior – Son unos parches para cubrir tus partes intimas – me conto.
- Genial – dije un poco mas tranquila.
Entramos a la carpa y Clarissa me paso la bolsa. Yo mire a mi alrededor hasta encontrar el vestidor.
- Si necesitas ayuda, voy a estar aquí – dijo mientras se sentaba en un sillón.
- Gracias – le dije mientras me metia al vestidor.
Comence a desvestirme con cuidado de no arruinar mi peinado ni el maquillaje. Deje mi ropa en un colgador. Saqué los parches de la bolsa. Me puse a leer las intrucciones que salian en las bolsitas de cada parche. Al entender como se utilizaban, comence a ponerme los parches que cubrian mis pezones. No fue dificil colocarlos, pero al momento de intentar colocarme el parche que cubria mi parte intima, se me hizo imposible.
- Clarissa – la llame – Ven un segundo, por favor.
Entonces Clarissa aparece por la puerta del vestidor.
- ¿Qué sucede? – cerro la puerta – Necesitas ayuda con eso.
- Si – me voltee – Estos estan bien pegados – me referia a los parches de los pezones – Pero este me ha costado un monton.
Entonces Clarissa me ayudo a pegar el maldito parche. No estaba acostumbrada a que me ayudaran con esa parte de mi cuerpo, pero preferia que lo hiciera Clarissa, con la que tengo mas confianza, antes de pedirle ayuda algun hombre.
- Listo – dijo finalmente – Quedo bien puesto en su lugar – dijo riendo al final.
- Eso espero – rei yo también.
- Ponte esto – me paso una bata que estaba colgado en el colgador de la pared.
- Gracias, no se que haria sin ti – tome la bata y me la puse. Me mire al espejo, mientras me amarraba bien el cinturon.
- Sera mejor que vayas luego a la carpa de al lado, o Bob se pondra como loco por la demora – me aconsejo Clarissa.
- Si, ya voy – volvi a mirarme al espejo por ultima vez. En realidad no me estaba mirando, estaba armandome de valor para poder ir a la carpa de al lado y dejar que Alexander hiciera su trabajo.
Finalmente salí del vestidor y de la carpa y camine unos pasos hasta entrar a la otra carpa vecina. Parecía una pelicula de esas de la antigua grecia, cuando la mujer tenía que ir a la habitación de al lado donde estaba esperandolo su amante, para entregarse completamente a el. Un escalofrio recorrio mi cuerpo cuando vi a Alexander un poco mas ligero de ropa. Se había sacado el chaleco.
- Ya estoy aquí – dije rompiendo el silencio.
Alexander, quien me estaba dando la espalda se volteo.
- Entonces empecemos – su voz sono muy sensual – Ponte comoda – volvio a darme la espalda. Vi como acomodaba las cosas sobre la mesita. En eso empece a desabrocharme el cinturon de la bata lentamente. Estaba prolongando el momento de sacarme la bata entera. Entonces Alexander se dio vuelta de nuevo.
- Fuera bata – dijo de una manera divertida. Entonces no me quedo otra que sacarmela completamente. La lance a un sillón que estaba a mi lado y me acerque a paso inseguro hasta la silla alta que estaba frente a Alexander. El me quedo mirando, pero su mirada no decia nada. Me estaba poniendo nerviosa la situación.
- ¿Primera vez que haces cuerpo pintado? – pregunto, mientras yo me apoyaba en la silla.
- Si.
- Relajate, sera divertido – su tono de voz no ayudaba para nada a relajarme. Me sentia como la presa que estaba frente a su cazador. Era totalmente ridiculo, por que ni siquiera tenia razones para sentirme asi. He estado en muchas sesiones de fotos, donde la ropa es lo que mas escasea y no me he sentido asi jamas.
De repente senti las cerdas del pincel sobre mi cuerpo.
- ¿Algun diseño en especial? – pregunte tratando de relajarme.
- Son dos diseños – comenzo a contarme, mientras seguia concentrado en la pintura – El de hoy, es un traje de baño, estraples con estampado de escamas y de color…
- Naranjo – continue yo. Ya que estaba viendo de que color me estaba pintando.
- Si, naranjo – me daba cosquilla el contacto del pincel con mi piel, pero intente al maximo de aguantarmela.
- ¿Llevas mucho tiempo haciendo esto? – pregunte al cabo de un rato, cuando el silencio se estaba haciendo presente.
- Casi dos años – hizo una pausa – Estaba recorriendo Europa con mi camara, cuando comence a interesarme por la pintura corporal.
Me mire mis pechos y parte de mi abdomen, que ya estaban pintados.
- Lo haces muy bien, tienes el talento.
- Gracias – me sonrio.
Media hora después ya estaba lista. Salimos con Alexander de la carpa y nos dirijimos al lugar de la sesión. Era mas arriba de la playa donde había un pequeño bosque. Un hermoso lugar.
- Pense que iba a ser en la playa misma – le dije a Alexander cuando estabamos llegando.
- Mañana sera en la playa – me aclaro.
Llegamos al set donde estaban los demas. Bob estaba para variar hablando por celular, paseandose de un lado a otro. Samuel estaba sentado leyendo una revista y Clarissa estaba sentada en la arena hablando con Tom.
Este ultimo fue el primero en verme llegar. Yo me pare y me señale con mis manos para que apreciara la hermosa obra de arte que Alexander había echo en mi. Pero al parecer a Tom no le agrado mucho, por que me miro frunciendo el ceño.
- Querida, es precioso – dijo Samuel acercandose a mi con la revista en la mano.
- Lo es – dije emocionada. De verdad me había gustado mucho como había quedado.
Clarissa tambien se acerco a mi y me dijo lo genial que había quedado la pintura. Tom ni siquiera se había parado de la arena. Entonces me acerque a el.
- ¿Y tu no vas a decir nada?
- Esta bien – me miro desde abajo.
- ¿Esta bien? ¿Eso es lo unico que tienes para decirme?
Entonces se levanto de la arena.
- ¿Por qué no me dijiste que ese fotografo tambien era el pintor? – me susurro pesadamente.
- Por que no lo sabia, hasta hace poco.
- ¿Te hizo algo? – se estaba comportando como un verdadro viejo gruñon.
- Me pinto el cuerpo – le dije ironicamente.
- Sabes a que me refiero – dijo cansado.
- Si, me toco varias zonas erogenas – le dije para cabrearlo mas.
- Es un perbertido – casi lo grito.
- Tom callate – le tape la boca con la palma de mi mano – Si te vas a quedar aca, viendo la sesión, comportate. No quiero tener problemas y menos con Bob.
Le quite la mano de su boca.
- No te preocupes, no voy a quedarme – se agacho a recoger sus cosas – Voy a tomar sol en la playa.
Y dicho aquello comenzo a caminar hacia abajo, hacia la playa. Se estaba comportando tan infantil.
- Comencemos – dijo Alexander.
Y la sesión comenzo. Clarissa me paso una botella del agua que estaba promocionando, con la cual tenia que interactuar en cada pose.
Me posicione entre la naturaleza y Alexander comenzo a sacar fotos.
Fui cambiando de poses y Alexander tambien aportaba.
A mitad de la sesión se me dio la grandiosa idea de subirme a la rama de un árbol. Con ayuda de una silla, lo logre y mientras me acomodaba vi llegar a Tom. Sonrei para mi misma, sabia que terminaria volviendo a ver la sesión. Lo conozco bastante bien. 

martes, 13 de noviembre de 2012

My Best Friend




CAP. O9


Pase de él, tomándole la mano a Tom y llevándolo a donde estaban las dos sillas desocupadas. Sentí la tensión de Tom al momento de tomarle la mano. Pero no le dije nada al respecto. Simplemente nos sentamos en nuestros respectivos asientos, y esperamos hasta que el camarero nos pidiera la orden.
La cena fue tranquila. Y bastante agradable. Samuel salía con unos comentarios que nos hizo reír demasiado. Pero la cena tuvo que llegar a su fin. Teníamos que dormir bien, ya que mañana temprano empezaba todo lo que era la sesión fotográfica. Y yo no pretendía salir con ojeras marcadas en el rostro. Por lo mismo, nos despedimos de todos y con Tom nos fuimos directo al bungalow.
- No es necesario que te vengas a dormir temprano – le dije mientras íbamos camino al lugar – Tienes chipe libre. Soy yo la que tengo que trabajar mañana.
Ya habíamos llegado al lugar y estaba abriendo la puerta.
- No se – dijo después de un rato, cuando ya estábamos en el interior del bungalow – No me parece justo.
- No seas tonto, anda, sale y diviértete – le incentive – En dos días mas te juro que me uniré a ti.
Tom me miro pensativo. Pero no me dijo nada. Entonces avance hasta la habitación y me saque los zapatos. Tome mi maleta y la puse encima de un sillón que estaba en la habitación. Quería buscar mi pijama.
- Ok, me convenciste, saldré.
- Excelente – dije.
Vi a Tom que se arreglaba un poco. Se echo perfume y luego se acerco a mi. Yo instintivamente le tendí la llave del bungalow.
- No me esperes despierta – tomo la llave.
- No lo hare – le dije de manera divertida, cosa que hizo a el sonreír.
- Entonces – me dio un beso en la mejilla – Adiós y que duermas bien.
- Adiós y que lo pases bien – lo vi alejarse – Usa protección – le grite.
- ¡Siempre! – me devolvió el grito y luego sentí como la puerta del lugar se cerraba.
Entonces seguí buscando mi pijama, que al parecer los había dejado en el fondo. Se me ocurrió que mejor podía ordenar la ropa en el armario de la habitación y así dejar todo ordenado de una. Me demore apenas unos minutos en dejar todo listo y al final encontré mi pijama, que tal como lo había dicho, estaba en el fondo de la maleta. Antes de quitarme la ropa, fui asegurarme de que estaba todo bien en el resto del bungalow. Y al comprobarlo, volví a la habitación. Me saque la ropa, mas el sujetador, y me puse inmediatamente el camisón. Luego fui al baño a realizar mi ritual de limpieza facial y tras cepillarme el cabello y los dientes, apague todas las luces posibles, y me metí en la cama.
Me desperté por el sonido de una alarma. Era ese sonido clásico de la alarma de mi Iphone. Abrí los ojos poco a poco. Me había quedado dormida. Menos mal que la alarma estaba puesta de antes, o si no habria pasado de largo. Estire mi brazo y tome el iphone del velador. Apague la alarma y vi la hora, eran las 8 de la mañana. Solte un suspiro cansado y volvi a dejar el Iphone en donde estaba antes.
No tenía muchas ganas de levantarme, la cama estaba demasiado comoda y abrigadita.
Me removi debajo de las sabanas con cuidado, sabia que Tom estaba a mi lado y no queria estimularlo de ninguna manera. Lo observe un par de segundos. Sus ojos estaban completamente cerrados, note como su pecho subia y bajaba en un ritmo lento. Su boca estaba semiabierta, y un pequeño sonido salia de ella. Era como un pequeño ronquido. Se veia tan tierno durmiendo, era todo un angelito. Y pensar que cuando despierta es todo un demonio.
Sali de la cama lentamente, ni siquiera me puse zapatos para evitar hacer ruido. Camine a pies descalzos por la habitación para dirigirme al baño.
- ¿Qué hora es? – pregunto Tom asustandome.
Me detuve a mitad de camino y con la mano en el pecho me voltee a mirarlo.
- ¿Por qué pones esa cara?
- Me asustaste – le confese.
Tom se refrego un ojo y luego se incorporo, dejando al descubierto su torso desnudo.
- ¿Vas a la sesión?
- Si – continue caminando, pero me detuve justo en la puerta del baño – Bueno, me vestire primero y de ahí ire a la sesión.
- Que entretenido – dijo con ironia, dejandose caer en la cama.
- Nadie te esta pidiendo que vayas – le respondi ofendida – No necesito de tu presencia.
- ¿Osea que no puedo ir a ver la sesión?
- Si quieres, si, si no, no. No es obligación que estes ahí presente.
- Pero quiero verla.
- Entonces anda – dije cansada, el dialogo se estaba poniendo un poco estupido.
- ¿Te enojaste?
- No Tom, no me he enojado – sonrei cansada - ¿Puedo entrar al baño? ¿O me vas a tener conversando toda la mañana?
- Entra – me indico con la mano – Nadie te lo esta impidiendo – dijo burlandose.
No lo respondi nada, no iba al caso. A veces le daba por levantarse y molestar a cualquier ser viviente que estaba a su alrededor y justo esta mañana me toco a mi.
En el interior del baño, me di una ducha rapida, la verdad es que no debia hacerlo, por que con la piel limpia iba a ser mas dificil que la pintura se impregnara. Pero fue inevitable. Al salir de la ducha, me enrrolle una toalla alrededor de mi cuerpo y me puse otra en la cabeza. Sali del baño y mire hacia la cama. Tom estaba durmiendo otra vez. No le di mucha importancia y me dirigi hacia el armario. Saque mi ropa interior y un vestido veraniego. Para que arreglarme tanto, si al final me tenia que sacar la ropa de nuevo, para empezar la sesión de pintura.
Volví a mirar hacia la cama. Al parecer Tom estaba realmente durmiendo, pero no me confie mucho de eso, por que una nunca sabe, quizas se estaba haciendo el dormido. Por lo mismo me puse la ropa interior con mucho cuidado, para que no se me viera nada. Al final me puse el vestido mas relajada. Busque las sandalias y tras tomar un par de cosas, me puse al lado de Tom.
- Tom – susurre, mientras lo sacudia. No hubo respuesta, al parecer de verdad estaba durmiendo - ¡Tom! – le grite. Me dio tanta risa al verlo saltar de la cama.
- ¿Qué te pasa? – me reclamo con su voz ronca.
- Me voy – mire la hora en mi Iphone – Se me hace tarde.
- ¿Y para eso me despiertas?
- Deja de quejarte, pareces un viejo gruñon – el no dijo nada, simplemente me miro frunciendo el ceño – Voy a estar en la parte sur de la playa, por si quieres ir.
- ¿Va a ser muy larga la sesión?
- No lo se – me quede parada esperando alguna otra pregunta, pero el muy imbecil se volteo en la cama y me dio la espalda. Negue con la cabeza y tras darme la vuelta comence a caminar hacia la salida – Haz lo que quieras, yo voy a trabajar – le grite antes de abrir la puerta.
Cuando salí del bungalow, pegue un buen portazo. Sabía que eso molestaria a Tom, y esa era la gracia. Sonreí para mi misma, mientras caminaba por el sendero. Baje una larga escalera de madera que estaba al fondo y ahí vi el set. Camine por la arena, acercandome al lugar. El paisaje era precioso y en contraste de colores, hermoso.
- Buenos días – salude a todos los que estaban esperandome.
- Por fin llegas – me dijo Bob, mientras tenía su celular pegado en la oreja – Anda con Samuel, para que te maquille y luego Clarissa hara lo suyo.
Yo asentí con la cabeza y camine hacia donde estaban ellos instalados. En la pasada vi a Alexander ordenando sus cosas.
- Hola – lo salude. El hizo una inclinación de cabeza y al momento de mirarme de nuevo me guiño un ojo. Yo le regale una sonrisa. Era tan guapo.
Avance hasta donde estaba Clarissa y Samuel.
- Lista y dispuesta para ustedes, queridos – les dije abriendo mis brazos entregada a ellos.
Me sente en la silla. Samuel empezo a inspeccionar mi cabello, mientras Clarissa me limpiaba la cara.
- ¿Saben algo acerca de la persona que me va a pintar el cuerpo? – pregunte con curiosidad. Bob no me ha querido decir nada, y me parece demasiado extraño.
- ¿Qué si lo sabemos? – pregunto Samuel con su escandaloso tono de voz – Claro que lo sabemos, es ese guapo fotografo.
- ¿Alexander? – pregunte sorprendida, mientras giraba rapidamente mi cabeza para mirarlo. El tambien me miro. Un escalofrio recorrio mi cuerpo, dejandome la piel de gallina. Volvi mi cabeza a la normalidad, para que Clarissa continuara con lo suyo.
- Es un hombre multifacetico – comento Clarissa, mientras me maquillaba los ojos.
- Y eso lo hace muy atractivo ¿Verdad querida? – me pregunto Samuel.

lunes, 5 de noviembre de 2012

My Best Friend




CAP. O8 

- Por que no tiene mucha pinta de serlo. Digo, es como un cafiche, mas que un fotógrafo de alta categoría considerado para un comercial de agua embasada.
- No lo juzgues. Es cierto que nunca había escuchado de él. Pero eso no significa que no sea un profesional.
- No se, me trae mala espina.
- Tom, a ti todo el mundo te trae mala espina – le reproche.
Nos quedamos en silencio, hasta que Tom hablo de nuevo.
- ¿Y sabes como será la sesión?
- Algunas cosas.
- ¿Como cuales?
- Será en la playa, creo que a la orilla o metida dentro del agua. Eso aun no lo tengo claro, puede que sea ambas.
- Llevaras poca ropa entonces – dijo muy serio.
- Para ser honesta – lo mire un segundo – No llevare ropa – le confesé. 
- ¿Desnuda? – pregunto anonadado. 
- ¡Noo!
- ¿Entonces? – fruncio el ceño.
- Es una sesión de cuerpos pintados.
- ¿Te van a pintar el cuerpo?
- Si – le dije contenta, ya que me incentivaba demasiado esa nueva experiencia.
- ¿Quien es el artista? – frunció el ceño.
- No lo se.
Sinceramente no tengo idea de quien es el o la artista responsable de pintar mi cuerpo. 
- Voy al baño.
Tom no me dijo nada y se concentro en escuchar su música. Yo me levante para ir al baño. Al momento de pasar por al lado de Alexander, su mirada me encanto. Le sonreí coquetamente.
Cuando salí, le pedí a la azafata que me llevara al asiento un agua con gas.
Camine por el pasillo y llegue a mi asiento. Me acomode y volví a ponerme la manta encima. 
- Su agua – me dijo la azafata. Acomode la mesita de mi asiento y la mujer dejo la botella con un vaso.
- Gracias – le dije y ella enseguida se retiro.  
Me serví un poco de agua en el vaso y me lo tome al seco. Tenía un poco de hambre, pero prefería pasarlo por alto. 
En un momento le tome la muñeca a Tom y vi la hora en su reloj. Quedaba poco para aterrizar en el aeropuerto. Y así lo hicieron saber, cuando informaron que el capitán se estaba preparando para aterrizar. Tom dejo de escuchar música y ambos pusimos nuestros asientos derechos. Lo único que no me gustaba de viajar en avión, eran los aterrizajes. Tom lo sabia muy bien y por lo mismo me tomo la mano fuertemente. Yo lo mire. Al momento del aterrizaje, cerré los ojos y apreté la mano de Tom. 
- Ya paso – me dijo cuando ya el avión había aterrizado. Yo abrí los ojos y lo mire completamente agradecida. 
- Gracias – le dije, mientras le soltaba la mano.
Tom siempre era un apoyo para mi. Coincidía que casi siempre que viajaba en avión, Tom andaba conmigo. Si no era así la situación, la mano que estrangulaba era la de Bob. Pero no era lo mismo. A veces evitaba hacerlo, por que a Bob parecía molestarle el echo de que le apretara tan fuerte la mano. 
Ya habíamos bajado del avión y en estos momentos nos encontrábamos esperando nuestras maletas.
Bob nos informo que había una avioneta en la loza de al lado esperando por nosotros para llevarnos directamente a las Maldivas. Era eso o irse en lancha. Menos mal que Bob pensó lógicamente y tomo esa excelente decisión. 
La avioneta era como adecuada para la cantidad de personas y de cosas que llevábamos. En el traslado desde el aeropuerto hasta las Maldivas Tom iba hablando con Clarissa muy animadamente. A ella se le notaba su interés hacia Tom. Y le llegaban a brillar los ojitos cuando Tom le hablaba. Pero Tom no era para ella. No lo digo por celos ni en mala onda. Pero conociendo a Tom, la haría sufrir demasiado. Y Clarissa es una gran mujer como para sufrir por las tonteras de mi amigo. 
- ¿Y el hermano de tu amigo como esta? – me pregunto Samuel mirando hacia la misma dirección hacia donde estaba yo mirando.
No les he contado, pero Samuel, mi peluquero es realmente un personaje. Le encantan los hombres y al parecer el que mas le gusta es Bill, el hermano de mi mejor amigo. Desde la primera vez que lo vio personalmente, casi se desmaya. 
Samuel siempre me pregunta por Bill. Una vez le conté a Bill sobre la obsesión de mi peluquero por él y Bill se rió a carcajadas. Le parecía bastante gracioso que Samuel, mi loco peluquero fuera uno de sus mas obsesionados admiradores. 
- Creo que ha tenido problemas con su ultima novia – le conté. Cosa que hizo que Samuel le brillaran los ojitos frente a la noticia.
- Eso es estupendo – aplaudio emocionado.
- ¡¡Samy!! – le rete – No es estupendo que el sufra por amor. Además créeme – le mire directamente a los ojos – Tienes cero posibilidad, Bill no es gay.
Samuel me miro frunciendo el ceño, como sintiéndose ofendido y desvió la mirada dejándome sola. Yo sonreí como para mi misma. Samuel se había enojado por mi comentario. Pero que mas daba si ya se le pasaría. 
La avioneta llego a la pista de aterrizaje de las Maldivas. 
Todos los integrantes de la avioneta nos bajamos y los empleados del resort se encargaron de nuestros equipaje y también de conducirnos a nuestros bungalow.
Ni siquiera me di cuenta como se iban a distribuir los demás. En lo único que me fije fue en el camino que conducía a mi bungalow, que compartiría con Tom. Los empleados con nuestras maletas, venían caminado de tras de nosotros. Yo llevaba la llave en mi mano. Bob me la había entregado hace poco. Al llegar a la puerta del bungalow, mire a Tom y luego me dispuse abrirla. 
- Déjenlas ahí no mas – le dije a los empleados que habían entrado con nuestras maletas.
Tom se paro a mi lado y aprecio el lugar.
- Es precioso – le comente, al momento en que los empleados ya habían desaparecido de nuestras vistas y dentro del bungalow. 
- Si que lo es. Y es todo de nosotros – me dijo emocionado, mientras me abrazaba. 
De repente mi Iphone comenzó a vibrar. Era un mensaje de Bob que decía “En una hora mas cenaremos en el restaurant del resort”
- ¿Quien era?
- Bob. En una hora mas cenamos en el restaurant del resort – Tom miro su reloj.
- Habrá que empezar a arreglarse – me motivo – Pero antes podríamos tirarnos a la cama un rato a descansar. 
- Oye espera un momento – comencé a caminar hacia la habitación. El lugar era amplio, pero tenia el detalle de que había una sola cama. Tom llego tras de mi, parándose a observar la habitación también. 
- Una sola cama – me dijo pensando lo mismo que yo.
- Es un detalle que no lo tenía contemplado.
- Da lo mismo – me miro – Dormiré en el sillón – sonrió de medio lado.
- No, olvídalo. Eres mi invitado, te quedas en la cama.
- Pero tu estas de trabajo, tienes que dormir bien.
- Puedo arreglármelas. Clarissa tiene un don con el maquillaje.
- No Ash, no dejare que duermas en el sillón.
En un momento se formo un silencio algo pensativo. 
- Hagamos un trato – dije de repente.
- ¿Un trato?
- Si, un trato de convivencia en la cama – eso había sonado muy raro, pero aun así continúe. 
- Un trato de convivencia en la cama – frunció los labios – Me parece interesante, continua – hizo un gesto con la mano.
- Jajaja, idiota – le pegue con la mano en el brazo – Pero para tu mala fortuna, no se trata de lo que estas mal interpretando. 
- ¿Entonces? – levanto las cejas.
- Dormiremos en la misma cama. Obviamente cada uno respetando el lado del otro. Pero – puse énfasis en aquella palabra – Si tus deseos sexuales se apoderan de ti y encuentras a alguien a quien llevar a la cama, recuerda que estoy yo en ella y que debes conseguirte otro sitio – sonreí malévolamente. 
- Es justo – me dijo sonriendo de la misma manera – ¿Pero tu si tienes derecho a traer a alguien a nuestra cama? – pregunto de repente como si esa fuera su máxima duda. Yo no supe que responderle, así que me quede callada. 
- Ok, me lo temía. Pero tengo la solución – me miro orgulloso de lo que iba a decir – Ninguno de los dos podremos traer a nadie a nuestra cama. 
- Trato echo – le di mi mano y él la tomo en el acto.
- Muy bien. Trato echo.  
Después de realizar aquel trato de convivencia. Me dedique a arreglarme para la cena y Tom por su parte también hizo lo mismo. Cuando llego la hora de la cena, con Tom salimos apurados del bungalow, para ir al restaurant.
Ya allí, nos encontramos con Bob, Clarissa, Samuel y Alexander, sentados en una mesa enorme. 
- Pensé que tardarían mas – se levanto de la silla y me miro con cara de reproche. Sus palabras sonaron en doble sentido y eso lo percibí yo, tanto como Tom y los demás en la mesa. 
- No digas tonterías – le dije seriamente. 


domingo, 4 de noviembre de 2012

My Best Friend





CAP. O7

- Bueno si te gusta bien, si no, no – dije sin importancia. Me puse a su lado y pase mi brazo por sus hombros – Además deberías alegrarte. Esto – señale con mi mano – Dice que ya estas listo para preparar tu propia maleta en un futuro – fue un chiste y él mismo se rio. Cuando dejo de hacerlo, miro su reloj.
- Comamos antes de que nos pille la hora.
Yo asentí con la cabeza. Solté a Tom de mi agarre y camine para salir de su habitación. Tom venia detrás de mi. Llegamos al living. Él sin decirme nada, comenzó a sacar las cosas de encima de la mesita de centro. Al parecer íbamos a comer sentados en la alfombra. Le ayude a retirar lo ultimo y fui a la cocina a buscar un par de individuales y platos. Tom también entro tras de mi a la cocina y saco vasos y del refrigerador una botella de gaseosa. Ambos salimos al mismo tiempo de la cocina y acomodamos todo en la mesita. Nos sentamos en la alfombra, quedando frente a frente. Tom acerco la caja de la pizza y la abrió casi con desespero.
- El hambre se apodera de ti – le dije mirándolo fijamente, mientras él sacaba un pedazo doble de pizza.
- Soy hombre – se excuso – Mi metabolismo es distinto al tuyo – me miro – Sin comida no vivo – se llevo un pedazo de pizza a la boca.
Yo simplemente lo observe hacerlo. Tenía mis manos sobre mis muslos. En ningún momento se movieron para sacar un pedazo de pizza.
Tom en un momento, dejo de masticar y me miro frunciendo el ceño.
- Come – me incito – Me lo prometiste.
Yo lo mire con desgana. La verdad es que no tenía hambre. O eso era lo que creía. Mientras no mirara la pizza directamente, el hambre no se expresaría.
- Ash por favor.
Su voz sonó tan profunda. Tan preocupante. Que me llego hasta el alma su petición.
Sin responderle, mire la caja donde estaba la pizza. Suspire profundamente y al instante mi mano ya se encontraba sacando un pedazo de pizza. Tom me miro con satisfacción. Me lleve el pedazo a la boca. En ese momento sentí que Tom estaba mas tranquilo.
Después de terminar de “almorzar”. O mas bien, después de que Tom terminara de comerse el resto de pizza. Recogimos las cosas de la mesita y nos alistamos para salir del departamento. Tom saco su maleta. Se fijo en que no se le quedara nada. Reviso algunos detalles. Y finalmente salió del lugar, cerrando con doble llave la puerta del departamento. Nos dirigimos hacia el ascensor, para así bajar al estacionamiento. Cuando llegamos al coche, Tom guardo su maleta junto a la mía. Yo ya estaba sentada en el asiento del copiloto, cuando Tom se sentó en asiento del conductor.
- Aquí comienza nuestras minis vacaciones – dijo emocionado, antes de encender el motor.
- Habla por ti, yo por lo menos voy a trabajar – le pique.
- Pero dijiste que…
- Y a unas minis vacaciones con mi mejor amigo – le apreté la parte dorsal del cuello, haciendo que se removiera incomodo en el asiento.
Camino al aeropuerto apenas hablamos. Estábamos escuchando música. Yo de vez en cuando me perdía en el paisaje. Aproveche también para mandarle un mensaje a mi madre, avisándole que me iba del país por unos días. Lo hacia solo por costumbre. Con mi madre no nos veíamos hace mucho tiempo. Desde que se volvió a casar, nuestra relación se volvió mas lejana.
Aun así. Teniendo tan poca comunicación. Nunca dejaba de avisarle cuando me iba del país por algún trabajo.
A los minutos recibí su mensaje de vuelta, que decía “Gracias por avisar querida. Que te vaya estupendo. Cuídate y no hagas locuras”. Mi madre siempre me respondía lo mismo. Así que no era novedad su discurso.
No me di ni cuenta y Tom ya estaba estacionando su coche en el estacionamiento del aeropuerto.
- ¿Tu pie se quedo pegado en el acelerador? – pregunte irónicamente.
- Estabas despistada – dijo con gracia – Y en mi precioso Audi hay que volar.
- Eres un respetable usuario de las autopistas californianas.
Tom ya se había estacionado y en ese momento ya había apagado el motor.
- Por algo pago mi permiso de circulación. Para tener derecho a usar a mi gusto estas autopistas.
Yo sonreí rendida. Moví la cabeza en señal de desaprobación. Pero a estas alturas Tom ni siquiera me tomaría en cuenta, ya que acababa de bajarse del coche. Yo también hice lo mismo. Luego sacamos nuestras maletas. Tom el muy desubicado, me dejo ahí parada en medio con las dos maletas, esperándolo, mientras él se daba el lujo de revisar detalle por detalle su coche.
- ¿Eres idiota o que? – le dije un poco molesta.
- Tengo que revisarlo – dijo mientras rodeaba el coche – Por que uno nunca sabe – me miro – Alguien mal intencionado puede hacerle un horrible rayón a mi precioso coche – llego hasta donde estaba yo y tomo su maleta – Y si eso llegara a suceder, buscare responsables – dijo seriamente.
Ni siquiera me di el lujo de discutir con él del tema. La verdad es que hablar de su coche era un tema tabú.
Lo único que hice fue encogerme de hombros. Y caminar arrastrando mi maleta. Tom venia a mi lado.
- No te preocupes – le dije a mitad de camino – Tu precioso coche estará a salvo – termine cayendo en el tema.
- No te burles Ash.
- No lo hago.
Cruzamos las puertas del aeropuerto. Caminamos hasta donde estaba la recepción de maletas y ahí nos encontramos con Bob, mi maquilladora, mi peluquero y un chico bastante guapo, a quien por desgracia no lo conocía.
Bob se acerco a mi y me dio los pasajes. Entonces con los pasajes en mano, con Tom fuimos a dejar las maletas.
Después de hacer todo ese tramite, pudimos recién volver a donde estaba el grupo.
- Hola Bob – lo abrace.
- Cariño, pensé que se te habían olvidado tus modales – bromeo, ya que cuando le pedí los pasajes, ni siquiera lo salude.
- Jamás – sonreí, separándome de él.
Mire a Tom, quien estaba algo alejado.
- Hola Bob – dijo con lejanía, levantando algo su mano.
Bob hizo un movimiento leve con la cabeza, en señal de saludo.
Me hice la desentendida, frente a esa situación y salude a Clarissa, mi maquilladora y a Samuel o Sam como le gustaba que lo llamara, mi peluquero. Tom también saludo a ambos. Hace un tiempo atrás los presente, así que no tubo problema en saludarlos fraternalmente. A Clarissa parecía agradarle mucho Tom. Y cuando digo agradarle mucho, me refiero a gustarle. Nunca me lo dijo directamente, pero se le notaba a simple vista.
Entonces me pare frente al chico guapo.
- Hola – sonreí – Soy Ashley – le tendí mi mano. Él me la agarro suavemente y en un movimiento que no tenia previsto, me beso el dorso de la mano.
- Lo se – dijo en un tono bastante sensual, que me hizo alucinar.
- El es Alexander – su voz me saco de mi alucinación – El fotógrafo enviado por la compañía de agua embasada. Para la sesión – dijo como finalizando su presentación.
Alexander me sonría aun con mi mano agarrada. Delicadamente, saque mi mano de su agarre y mire a Tom, quien estaba unos pasos mas atrás y miraba con atención la escena. Me enfoco y yo le hice un gesto para que se acercara. Y lo hizo.
- Tom, él es Alexander, el fotógrafo. Alexander, él es Tom, mi mejor amigo.
Terminada la presentación, ambos se saludaron de mano. Note que la expresión de Alexander se había relajado.
La voz del alto parlante nos anuncio que había que embarcar. Después de hacer todo el papeleo con la policía internacional, pudimos recién subir al avión. Los puestos estaban bien distribuidos. Tom estaba sentado a mi lado, y un asiento mas atrás, por la fila del lado, estaba Alexander junto a Samuel, y Clarissa. Bob se sentó lo mas adelante posible. Era una manía para él, estar casi en la primera fila.
Nos esperaban unas largas 7 horas de vuelo, así que mi intención era relajarme totalmente, antes de entrar al estrés de la sesión del día siguiente.
Tom se puso a escuchar música, aislándose completamente del entorno. Yo cerré los ojos, intentando caer en un sueño profundo, antes de que pasaran con el carro de la comida. Me aferre a la manta que tenia encima de mi cuerpo y tras acomodarme me quede dormida.
Me desperté al sentirme observada. Fue una sensación bastante extraña. Abrí los ojos pesadamente y me encontré con Tom muy cerca de mí, observándome.
- ¿Que miras? – pregunte con la voz somnolienta.
- Nada – se acomodo en el asiento – Ese tipo – hizo un gesto con los ojos como apuntando a Alexander – ¿De verdad es fotógrafo?
- ¿Por que lo preguntas?

sábado, 3 de noviembre de 2012

My Best Friend





CAP. O6

Nos bajamos de su coche. Deje mi maleta ahí mismo, ya que no sacaba nada con sacarla, para después volver a meterla al coche. 
Subimos en silencio en el ascensor hasta el séptimo piso, que era donde estaba ubicado el departamento de Tom.
Él parecía algo enojado. No quise dirigirle la palabra, por que si algo había aprendido en estos años de amistad, que si le seguía el juego en sus enojos, terminaba mas enfadado todavía. Es un hombre a veces difícil de llevar. Y siempre he pensado que quien sea la afortunada o desafortunada en atraparlo, tendra que tener una paciencia de oro.
- ¿Almorzamos acá? – pregunto al momento de que las puertas del ascensor se abrieron en el séptimo piso.
- Eso creo – respondí.
Caminamos hasta la puerta de entrada del departamento. Tom saco las llaves y comenzó abrir la puerta. Cuando lo hizo, me dio el paso para entrar yo primero, y luego lo hizo él.
- No tengo nada para almorzar saludablemente – dijo en un tono algo brusco.
- ¿Y que tienes? – me senté en el sillón, mientras Tom se quitaba el polerón.
- En realidad, nada – se sentó al lado mío – Pero estaba pensando en pedir algo a domicilio. ¿Te parece?
- ¿Algo, como que?
- Pizza – sonrió como un niño chico, pidiendo un dulce y esperando que se lo den.
- Pizza – dije en señal de reproche – Tom…
- Oh vamos, Ash. Es solo un pedazo – se incorporo mirándome directamente a los ojos como queriendo convencerme – Hazlo por mi – amplio una sonrisa de oreja a oreja.
- Esto es chantaje – le apunte con el dedo.
- Y soy bueno en eso. Por favor, di que si. Nada me haría mas feliz que verte comer un pedazo de chatarra.
- ¿Y eso para ti es gracioso?
- No me estoy riendo – puso cara de ofendido – Solo quiero ver a mi mejor amiga deleitarse con un pedazo de la mejor pizza de la ciudad.
Yo lo quede mirando seriamente. El estaba a la espera de mi respuesta. Solté un suspiro pesado.
- Esta bien, pide la pizza. Pero que esto no se repita, ya te dije que mi trabajo depende de mi figura y la idea es mantenerla para tener trabajo por mucho tiempo mas.
- Te quiero – me dio un beso en la mejilla – ¿Lo sabias?
Yo me reí por lo eufórico que lo vi levantarse del sillón. Fue directamente a la cocina a llamar a la pizzería para hacer el pedido. Apenas escuchaba su voz. Era como si estuviera encerrado dentro de la cocina. Me levante del sillón para ir hacia el equipo de música. Revise un par de CD, Tom en ese aspecto tenia unos gustos super propios. Respetable por lo tanto, pero aun así, preferí buscar algo en la radio. Puse la emisora que por lo menos a mi me gustaba. A veces daban noticias de la farándula estado unidense. Y en cierto modo era entretenido enterarse de cosas que hacían los demás famosos.
- Listo, llegan en unos minutos mas – yo me di vuelta apenas escuche su voz en el living – Voy a darme una ducha – camino hacia el pasillo que conducía a su habitación. La verdad es que al contrario de mi departamento, el edificio de Tom, era mucho mas amplio. Razonable, ya que Bill también era propietario del lugar. Así que el espacio debía cumplir con sus necesidades. El living era un lugar muy amplio y cómodo, con sillones esparcidos por todos lados, como esperando que llegara gente a ocuparlos. Había una sala al otro lado, que la verdad era como su estuviera junta al living ya que no había nada que los separara. Pero visualmente se notaba que era otro ambiente. En ese lugar estaba un piano y miles de guitarras de Tom.
Sonreí al ver el piano. Me encantaba sentarme a escuchar a Tom tocarlo.
De repente mi atención se fue directamente a la radio.
-  Tenemos información acerca de Tom Kaulitz – se escucho como un grito de fondo, esas típicas grabaciones que ponían en la radio – El chico al parecer lo han visto muy acaramelado con su mejor amiga Ashley Greene.
Yo abrí los ojos como plato por la sorpresa. Me acerque mas a la radio.
- Ambos salieron anoche abrazados, del restaurant Roy’s.
- ¡Eso que! – dije como si los de la radio pudieran oírme.
- ¿Estarán ocultando un romance, bajo esa pantalla de mejor amistad? Júzguenlo ustedes mismos.
Me enoje con aquel comentario, así que apague la radio. Como se le ocurría decir tanta tontera junta. No pueden ver una bonita amistad entre un hombre y una mujer, sin amarrarlos como pareja. Esto es una locura. La gente saca conclusiones apresuradas y por lo mismo equivocadas.
Entonces sonó el timbre del departamento. Quizás era la pizza. Camine hacia la puerta y la abrí. Me encontré con el repartidor, que se quedo como bobo mirándome.
- Hola – dijo como nervioso el repartidor.
- Hola – le sonreí. Creo que fue para peor, por que el comenzó a titubear.
- El pedido del señor Tom K…..K
- Kaulitz – le anuncie.
- Si, eso mismo – estiro sus brazos para pasarme la caja de la pizza. Yo la tome. Y luego me dio la boleta. Yo mire el monto. Esto debía pagarlo Tom, me dije a mi misma.
- Espérame un momento – le dije, mientras me daba media vuelta para ver a mi alrededor si había alguna señal de la billetera de Tom. Deje la pizza encima de la mesa y me puse a revisar el polerón. En eso llego Tom al lugar con una toalla enrollada alrededor de la cintura.
- ¿Buscas esto? – me dijo mientras mostraba su billetera. Yo deje de buscar y me acerque a él. Le quite la billetera de las manos y mientras revisaba su contenido, me dirigí hacia la puerta. Saque un par de billetes y se lo pase al repartidor. El chico me quedo mirando como esperando algo mas. Pensé que de propina no se trataba, ya que le había dado mas de lo que costaba la pizza. Así que maliciosamente y viendo como el chico reaccionaba frente a mi, me incline un poco y le di un beso en los labios. Fue apenas un roce. Me hice hacia atrás y lo mire mordiéndome el labio inferior.
- Gracias – le dije con simpatía y luego cerré la puerta del departamento.
- Te gusta hacer sufrir a los hombres – dijo mientras abría la caja de la pizza y la observaba.
- A ellos les gusta – le dije, mientras dejaba su billetera encima del sillón – Además ¿Viste como me miraba? – pregunte graciosamente.
- Era un niño – me dijo Tom con voz de reproche.
- Oye, no me des tu lecciones de moralidad – fruncí el ceño – Además no tuve sexo con él, fue simplemente un beso. Y créeme, ese chico estará feliz todo el día.
- Estas muy segura de ti misma.
- Obvio, si no lo estoy yo ¿Quien lo estará por mi? – me acerque mas a él – Anda a vestirte – le mande.
-Si, ya voy.
Me dejo sola y se fue a su habitación.
A los minutos después me llamo Tom.
- Ash ven, por favor – grito desde su habitación.
Camine hacia su habitación. Abrí la puerta en su totalidad. Tom ya estaba vestido. Tenia la maleta encima de la cama.
- ¿Cual llevo? – me pregunto mostrándome dos bermudas.
- ¿Para eso me llamas?
- Necesito una opinión profesional – se burlo.
- Ese – apunte la bermuda oscura que tenia él en la mano derecha – El otro ya lo haz usado mucho.
- Muy carreteado, ¿no?
- Si – me senté en su cama – ¿Que mas te falta? – mire la maleta que estaba casi llena.
- No se, es difícil ordenar una maleta solo.
- Eres adulto Tom – le dije con seriedad – Supongo que no necesitas a Simone para que venga hacerte la maleta.
- No, pero si a Bill – me confeso con evidente vergüenza.
- ¿El te da las opiniones profesionales?
- Algo así.
- ¿Quieres que te ayude? – me pare poniéndome a su lado.
- Bueno – dijo con una voz tan exquisita que juro que me dio ganas de abrazarlo fuertemente.
Saco todo lo que había en el interior de la maleta dejándolo desparramado encima de la cama.
- A ver – empecé a seleccionar su ropa y sus cosas, mientras las iba echando al interior de la maleta. Mientras hacia eso, le comente lo que habían dicho en la radio.
- Chismes – me dijo cruzándose de brazos – Siempre se guían por chismes.
Sentí su mirada pegada en mi por que yo no le respondía y seguía guardando sus cosas.
- ¿Te molesta que hablen con esa autoridad de nosotros?
- En realidad no, que piensen lo que quieran. Pero me molesta que no hablen con la verdad. Siempre especulan cosas.
- Así es el mundo cuando eres conocido. Bienvenida – me dijo de una manera graciosa.
Yo termine de ordenar sus cosas, dejando afuera prácticamente nada, por que encontré que todo lo que llevaba era necesario.
- Listo.
Tom miro la maleta ya cerrada y se pego con la palma de la mano en la frente.
- Es lo mismo que había echado yo.